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Arquitectos: DX Arquitectos
- Área: 700 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Pablo Blanco Barros
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La misión primera del edificio Centro de las Artes Aéreas fue situarse en la ciudad como un contenedor de cultura, en el cual el ciudadano es parte fundamental de su funcionamiento, ya que es en la relación del usuario con el edificio donde éste se completa.
La propuesta se fundamenta en la comunión de dos elementos arquitectónicos que soportan las actividades a desarrollar y posibilitan la solución a los problemas e intenciones planteados:
Un primer elemento, se genera a partir de la creación de una plataforma que busca amarrar la ciudad, el exterior, con la topografía existente, “acomodando el suelo” para enriquecer la intencionalidad primera de un edificio público, su plano noble, articulando las secuencias de recorrido desde las cuales se experimenta el edificio.
Luego, sobre el soporte generado se posa el contenedor del programa específico. Dicho contenedor responde a la necesidad de cobijar el espacio escénico junto a los espacios destinados a servicios. Su expresión volumétrica obedece al gesto de oscilación pendular de un cuerpo suspendido. Esta circunferencia virtual de 9 metros de radio es el requerimiento inicial del artista que, comulgando expresión y técnica, genera el espectáculo.
Las pieles de dicho contenedor reciben especial cuidado, éstas se modulan en densidad y materialidad, buscando ser fiel reflejo de las actividades que cobijan y la orientación hacia la que se disponen. Generar fachadas ventiladas con aislación adecuada hacia el poniente, buscar la luz y ventilación del norte y sur, son reconocimientos del sentido común de una arquitectura que se ubica dentro de los parámetros de la eficiencia energética.
Hacia el oriente el contenedor se desmaterializa y genera su operación más llamativa, donde la ‘ausencia’ toma protagonismo para dar cabida a la máxima expresión del edificio: la plaza aérea. Este espacio, en el cual se articulan el contenedor y la plataforma, es donde concurren las relaciones entre edificio y paisaje, el lugar público por excelencia, donde la propuesta toma sentido generando las relaciones que lo incluyen armónicamente en un sistema mayor de forma y significado.